miércoles, 31 de octubre de 2007

Conciertos de Beethoven con Zimerman


Los conciertos para piano y orquesta mejor logrados de Beethoven, el número 3 en do menor opus 37 y el número 4 en sol mayor opus 58, fueron compuestos en Viena, durante la época de producción musical más prolífica del genio de Bonn. De 1800 data el concierto en do menor, en tanto que el más hermoso y refinado concierto que escribiera Beethoven, el cuarto, ocupó al músico entre 1805 y 1806.

En ambas obras se encuentra uno de cara ante la perfección clásica, pero al mismo tiempo con todo el ímpetu del movimiento romántico, al que abren la puerta para compositores posteriores como Schumann, Liszt o Brahms.

Les propongo la interpretación de Krystian Zimerman, con la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Leonard Bernstein. Estas versiones han sido discutidas algunas veces, pero salen airosas por la extraordinaria calidad y entrega de estos músicos.





lunes, 22 de octubre de 2007

Quinta de Shostakovich


Dmitri Shostakovich es uno de los sinfonistas más importantes del siglo XX. Sus aportes, cuando ya parecía que este género tendía a desaparecer, le dieron nueva vida, si bien con claras infuencias de compositores como Gustav Mahler.

Esta influencia es notoria por ejemplo en una de sus obras más conocidas, su Quinta Sinfonía, que data del año 1937. Esta fue una época muy difícil para Shostakovich, pues tuvo que enfrentar la maquinaria de represión comunista, en un ataque sistemático desde la prensa y los círculos oficiales debido a que su música no se encuadraba dentro de los "parámetros" ideológicos y políticos que imponía a toda costa el régimen comunista en todos los ámbitos de la sociedad rusa, incluido el arte.

Shostakovich tuvo que hacer frente a estos ataques y tal vez una forma de salir bien librado de ellos fue presentando una obra sin compromisos, a gusto de todos y que sin embargo demuestra todo el talento del compositor en una música profunda, emocionante y con un vuelo épico impresionante.

La sinfonía es incluso respetuosa de la tradición, con cuatro movimientos, de los cuales el Scherzo es un claro homenaje a Mahler, compositor a quien Shostakovich admiraba mucho.

Les dejo una muestra de la versión de Bernard Haitink (reconocido intérprete de la obra del músico ruso) al frente de la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam: